Debido a complicaciones él y su pareja tenían mucho tiempo que no asistían a esta área de su propiedad pues hay que caminar alrededor de 5 minutos para llegar donde está el barniario, una tarde en la caída del crepúsculo se animó a bajar, se sentía con el animo suficiente, así que llevó un cubo en su mano, para traer algunas frutas en el camino.
Escuchaba algunas carcajadas pero se sintió extraño pensó que eran cosas de su imaginación pero cuando se acercó a la charca había un gran grupo de jóvenes completamente sin ropa bañándose en ella, El Sr. Smith le dijo que estaban en propiedad privada, es peligroso y deberían retirarse, por lo que dijeron que no saldrían hasta que el no se fuera. Y que si quería podría llamar a la policía.
Lo mejor...
El señor Smith, frunció y dijo, no he venido, a ver un grupo de señoritas sin ropa en mi charca, solo vine para alimentar al cocodrilo, alzando y haciendo un gesto con el cubo.
Ya imaginan lo que pasó, ¿cierto?
Todas las señoritas salieron corriendo de la charca, cogieron sus cosas y escaparon. Al parecer era la primera vez que venían a mi propiedad por que si habrían venido antes, sabrían que no tengo un cocodrilo.
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